DECLARACIÓN DE INTENCIONES

 Todas las personas tienen derechos.
 Ser huérfano o carecer de recursos no significa no ser una persona como
     todas las demás.
 Todas las personas merecen que se las valore de forma justa, no sólo por
     caridad optativa.
 La dignidad de las personas puede ser restituida si cada una tiene acceso
     a las necesidades esenciales como la sanidad, la educación, el cobijo, la
     alimentación y el respeto por ellas.
 Si negamos a los niños huérfanos y a las personas sin recursos sus 
    derechos esenciales, lo que necesitan para crecer, sobrevivir y  
    desarrollarse como personas, les estamos negando su humanidad. Y eso
    es lo peor que  podemos hacer a un semejante.